Empleabilidad de graduados profesionales en Córdoba: la articulación es clave

12 de diciembre de 2024
Para el año 2023, en el departamento de Córdoba se graduaron 161 técnicos profesionales, 797 tecnólogos y 6.843 universitarios, según el (Sistema Nacional de Información de la Educación Superior SNIES), el 45% de las personas graduadas en universidades corresponden a las áreas de conocimiento de ciencias administrativas, contables y ciencias sociales (derecho), le sigue con el 15% programas de ingeniería, industria y construcción, y, el menor porcentaje de graduados (0,3%) lo tienen programas de artes, humanidades y servicios. Estos datos evidencian el potencial de mano de obra profesional que cada año egresan de programas académicos con el propósito de acceder a un empleo formal en el departamento. La vinculación al mercado laboral de estos graduados fue del 45% para los técnicos profesionales, 37% tecnólogos y 53% profesionales universitarios, según el (Observatorio Laboral para la Educación OLE). Esta medición permite conocer el acceso de los recién graduados a un empleo formal, en el caso de los profesionales universitarios presentan mayor vinculación laboral, sin embargo, los ingresos base de la tasa de cotización de los tres niveles de formación es la misma, entre 1 y 1,5 salarios mínimos, es decir, están percibiendo el mismo salario independiente del nivel de escolaridad (Técnico, tecnólogo y el profesional universitario). Por otra parte, en cuanto a la movilidad laboral de graduados, el OLE indica que el 42% de estos permanecen en el departamento de Córdoba dado que logran encontrar empleo, mientras que un 40% a pesar de continuar en el territorio, no tienen vinculación laboral formal y el 16% se traslada a otros departamentos donde encuentran ofertas laborales, siendo Antioquia el departamento a donde mayormente se movilizan los graduados; le sigue Bogotá, Sucre y Atlántico. Adicionalmente, se recibe graduados de otros departamentos que llegan a ocupar diferentes vacantes en los distintos municipios, representando un 44% que provienen principalmente de Bogotá, Santander, Antioquia y Bolívar. En cuanto a las principales actividades económicas del departamento, la administración pública y defensa, el comercio, la agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca son las que mayoritariamente generan empleo o personas ocupadas según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE; en ese sentido, existe una desconexión entre la vocación productiva del territorio que no genera altos niveles de empleabilidad y el capital humano graduado en programas profesionales, que responden a estudios de pertinencia y preferencia al momento de justificar la viabilidad de un programa académico, tal como expresa el Consejo Nacional de Acreditación CNA “Es la actuación congruente, conveniente, coherente y adecuada a las condiciones y demandas sociales, culturales y ambientales del contexto en el que las instituciones y los programas académicos desarrollan sus labores formativas, académicas, docentes, científicas, culturales y de extensión.” Ante este panorama, se requiere fortalecer el modelo denominado cuádruple hélice, es decir, cuatro ejes principales se articulan, la universidad, la administración pública, empresa y sociedad. Las universidades están llamadas a formar profesionales con enfoque en la innovación y emprendimiento a partir de programas académicos que atiendan las necesidades del territorio, las vocaciones productivas y ventajas comparativas; los gobiernos locales, asambleas y concejos municipales, a generar políticas de largo alcance desde los planes de desarrollo y las apuestas de región. La empresa o sector productivo a contratar mano de obra local, especialmente profesionales recién graduados, y la sociedad a velar porque las políticas de estado existentes perduren en el tiempo, si esta articulación se logra se traduce en desarrollo económico para el territorio y mejoramiento de calidad de vida de los Cordobeses. Las iniciativas que se han adelantado en materia de empleabilidad formal han contribuido a mejorar los indicadores, debe fortalecerse la ley de mi primer empleo, los incentivos tributarios para empresas que contraten jóvenes sin experiencia, el programa “Chao palanca, hola talento”, la atracción de inversionistas al territorio a cambio de vinculación de mano de obra formada en el departamento. Desde las universidades fomentar y financiar proyectos de aula que resuelvan problemas de comunidades y sean certificados como primer empleo. Los esfuerzos en la política pública de Educación Superior en los últimos 10 años se han enfocado en aumentar cobertura, lo que se traduce en destinar recursos para que más jóvenes que terminan el bachillerato puedan acceder a un programa académico en la universidad, intentando cerrar de alguna forma la brecha social que se genera al no gozar de este derecho fundamental; de forma paralela, se han implementado programas y estrategias para que los y las estudiantes del sistema educativo no deserten sino logren alcanzar la graduación oportuna y así tengan oportunidad de acceder al mercado laboral. Sin embargo, los indicadores de empleabilidad invitan a la reflexión colectiva, y la sumatoria de capacidades en pro de que los jóvenes recién graduados encuentren oportunidades formales de empleo en el territorio donde se educaron, y así, retribuyan al mejoramiento de la economía de los municipios, especialmente los rezagados en el PIB departamental caso Chima, Purísima, San José de Uré, Buenavista.